sábado, 4 de mayo de 2013

La decena trágica

Se conoce como Decena Trágica al movimiento armado que durante diez días  tuvo lugar, del 9 al 18 de febrero de 1913 para derrocar a Francisco I. Madero de la Presidencia de México, para que en su lugar quedara el usurpador, Victoriano Huerta. La sublevación se inició en la ciudad de México, cuando un grupo de disidentes se levantó en armas comandado por el general Manuel Mondragón y pusieron en libertad a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz que estaban presos. Posteriormente decretaron estado de sitio. El general Lauro del Villar estaba defendiendo el Palacio Nacional, y fue herido, Madero nombró en su lugar a Victoriano Huerta. Al paso de los días se solicitó la renuncia de Madero y José María Pino Suárez, lo cual fue rechazado. El 17 de febrero Gustavo A. Madero descubrió que Huerta estaba en arreglos con los opositores y lo llevó ante el presidente Madero, quien no creyó en sus palabras y lo liberó. Poco después Huerta firmó un acuerdo con Félix Díaz, en su calidad de jefe del ejército federal, consumando su traición destituyendo al Presidente y al Vicepresidente, el acuerdo tuvo lugar en la sede de la Embajada de Estados Unidos en México, con el apoyo del embajador Henry Lane Wilson y es conocido como el Pacto de la Embajada. Ese mismo día Madero y Pino Suárez fueron apresados y obligados a renunciar. El 20 de febrero Victoriano Huerta fue designado presidente mediante una serie de maniobras ilegítimas, por lo que sería conocido como “el usurpador”. El combate terminó el 22 de febrero con el asesinato de Madero y Pino Suárez.

~LA SUBLEVACIÓN 
Se inició la madrugada del 9 de febrero de 1913 en la ciudad de México, cuando un grupo de cadetes de la Escuela Militar, y la tropa del cuartel de Tacubaya, se levantaron en armas, comandados por los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz, se dirigieron a Santiago Tlatelolco y a la cárcel de  Lecumberri, donde pusieron en libertad a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz. 
Un grupo de opositores, con Reyes a la cabeza, se dirigieron a Palacio Nacional, a su llegada al Zócalo los esperaba una línea de tiradores. El general Lauro Villar encargado de la defensa salió a recibirlo. 
Reyes le solicitó que se rindiera. Ante la negativa de Villar, Reyes intentó irse encima de él en su cabalgadura, lo que desató una gran cantidad  de disparos. 
En este combate murió Bernardo Reyes, entre 805 víctimas, mientras que Lauro Villar salió herido. Díaz y Mondragón se refugiaron en la fortaleza denominada La Ciudadela, que era un depósito de armas y municiones, pero pobremente fortificada, El general Ruiz que llegó tarde al combate fue arrestado y posteriormente ejecutado. 
Madero que se encontraba en el Castillo de Chapultepec, salió rumbo al Palacio Nacional, custodiado por cadetes del Colegio Militar y acompañado por miembros de su gabinete y amigos, en lo que se llamó la “Marcha de la Lealtad”, en el trayecto, Madero se encontró con Victoriano Huerta, y lo nombró comandante militar de la plaza, en sustitución del general Villar, Este hecho sería considerado un gran y  lamentable error. El 11 de febrero Huerta se entrevistó en secreto con Díaz, acordando simular que la Ciudadela estaba cercada, tratando de causar el menor número de bajas entre sus seguidores, el traidor Huerta dirigía a las tropas que eran fieles al presidente Madero, por zonas previamente establecidas con Díaz, mandándolos al suicidio, al mismo tiempo protegió a sus incondicionales. El embajador Wilson notificó esto al gobierno de Estados Unidos y solicitó al gobierno mexicano sustituir a los soldados por la policía, ya que eran fieles a Porfirio Díaz, así se marginaba a los soldados revolucionarios, y se le daba todo el mando a la policía porfirista, que apoyó en gran medida el Cuartelazo. Gustavo Adolfo Madero, hermano del presidente y Jesús Urueta, descubrieron el 17 de febrero que Huerta estaba en tratos con Félix Díaz y sus tropas, Gustavo detuvo a Huerta y lo llevó ante Madero, Huerta negó la conspiración, Madero creyó en sus falsas palabras y lo liberó, para que ambos limaran asperezas, los convenció para reunirse en un restaurante, el Gambrinus. El 18 de febrero. El 17 de febrero, Madero, el vicepresidente José María Pino Suárez y Felipe Ángeles (a quién más tarde dejarían libre), fueron hechos prisioneros, Wilson ofreció a Huerta y a Felix Díaz el edificio de la embajada norteamericana para que llegaran a acuerdos, en lo que se llamó el Pacto de la Ciudadela, para hacer creer que había sido firmado ahí, en la ciudadela. A este pacto siguió la tortura y asesinato de Gustavo A. Madero, hermano del presidente. A éste le arrancaron el único ojo que tenia, lo patearon, lo humillaron, lo golpearon continuamente hasta matarlo. Aún después de muerto continuaron maltratando su cadáver. 
A Pino Suárez, Madero y su familia, el embajador de Cuba les ofreció asilo político de parte del gobierno Cubano. El 22 de febrero Madero recibió en su prisión la visita de Sara, su esposa. A las 22:20 horas se trasladó a ambos y en distintos coches a la Penitenciaría de Lecumberri, se desviaron a un lado de la penitenciaría, Francisco Cárdenas, el hombre encargado de asesinar a Madero, le ordenó: “Baje usted, carajo” y ante la negativa de éste, le disparó en la cabeza, muriendo en el asiento del coche. Pino Suárez, custodiado por Rafael Pimienta, igualmente se niega a bajar, pero Pimienta le apunta con la pistola, haciendo que Pino Suárez intente salir del coche corriendo, pero le alcanza a disparar, ya caído, Cárdenas le ordena a Pimienta matarlo, pero este se resiste y lo acaba matando el mismo Cárdenas. Victoriano Huerta se instaló en el Palacio Nacional el 20 de febrero de 1913, y permaneció en la presidencia 17 meses, pues el usurpador se las arregló para disolver la fuerza de Félix Díaz, a quien nombró embajador en Japón. El gobierno huertista fue dictatorial a partir del 10 de octubre de 1913, cuando disolvió el Congreso de la Unión. Durante esta dictadura, la vida en la ciudad se militarizó y muchos ciudadanos, maderistas o no, fueron torturados o asesinados. Pero pronto surgió un nuevo líder revolucionario en pie de lucha contra el huertismo, el gobernador de Coahuila Venustiano Carranza.




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