viernes, 3 de mayo de 2013

Museo Nacional de las Intervenciones

 El Museo Nacional de las Intervenciones es un lugar muy hermoso donde se muestran diferentes objetos, obras de arte, instrumentos de guerra utilizados en os siglos XIX y XX.
La historia de México, desde la consumación de su Independencia, a lo largo del siglo XIX y hasta 1916, se caracterizó por la intervención de potencias extranjeras -España, Estados Unidos, Inglaterra y Francia.
Las intervenciones o injerencias extranjeras tuvieron diversas manifestaciones que fueron desde la intriga política, las presiones diplomáticas y económicas, hasta la intervención armada para anexarse territorio como fue el caso de la intervención estadounidense 1846-1848; o para imponer un monarca como pretendió hacerlo la intervención francesa con Maximiliano 1862-1867. En el combate a las intervenciones extranjeras México defendió su soberanía y reafirmó su independencia. Lo hizo a través de las armas pero también de la tenaz oposición del pueblo mexicano mediante la resistencia popular y la acción política de sus gobernantes. En la historia de esos años hubo derrotas y triunfos, traiciones y divisiones, pero tambien se escribieron entonces páginas heroicas que forjaron la nación.



















México frente a las intervenciones extranjeras

La historia de México en el siglo XIX y principios del XX giró, en buena medida, en torno a la lucha por defenderse la soberanía nacional en contra de potencias extranjeras intervencionistas.
El nacimiento de México como un estado nacional débil y en proceso de formación coincidió, desafortunadamente, con el proceso de expansión marítima y comercial por todo el mundo de potencias como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, que exigieron de México una serie de garantías y seguridades sobre las cuales cimentar las relaciones comerciales y diplomáticas; al percatarse de que los mexicanos eran incapaces de ofrecer tales garantías pues estaban en una situación de continuo conflicto interno, debido a que aún tenían que definir su forma de gobierno, dichas potencias, casi siempre a través de sus agentes diplomáticos, tendieron a aprovecharse de la situación, compitiendo entre ellas para obtener ventajas comerciales, territorios o influencia en los asuntos internos del país.
Tal actitud inversionista, en todos sus matices, fue siempre justificada con el argumento de la incapacidad de los mexicanos para gobernarse a sí mismos y para cumplir con sus compromisos y obligaciones con la comunidad internacional, lo que dio a las potencias interventoras una falsa imagen de garantes del derecho internacional y de la civilización occidental, cuando su intervencionismo violaba flagrantemente los principios que decían defender.
Sin embargo, este acoso intervencionista fue un elemento que impulsó la madurez del Estado nacional, al presionar a los mexicanos a definir su forma de gobierno y a ejercerla con responsabilidad. Asimismo, lucha en contra de un enemigo del exterior, hizo surgir en el pueblo la conciencia de sí mismo, de que formaba un ente territorial y político con intereses propios que debían ser defendidos, surgió así una coincidencia de identidad nacional, y con ello, un Estado nacional.
Esta historia de lucha por la soberanía determinó también los principios que regirían la política exterior de México hasta la actualidad: No intervención, Autodeterminación de los pueblos y Solución pacífica de las controversias.





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